- INCLIVA lidera el proyecto, con la participación de los hospitales Clínico, de València, y Sant Pau y Del Mar, de Barcelona, que ha obtenido financiación de la Fundación Alicia Koplowitz
- Más de dos millones de personas tienen un cuadro depresivo en nuestro país, de las que 230.000 podrían considerarse graves
Mª José Escartí (primera por la derecha) en el acto de entrega de la ayuda.
El Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA, del Hospital Clínico de València, ha puesto en marcha un estudio para analizar si las experiencias adversas durante la infancia y la adolescencia predisponen a la aparición de la depresión en la edad adulta.
El proyecto ‘Impacto de las experiencias adversas tempranas sobre el tálamo y el desarrollo de la depresión’ está liderado por el doctor Juan Nácher, investigador del Grupo de Investigación en Psiquiatría y Enfermedades Neurodegenerativas de INCLIVA, el G23 de CIBERSAM (Centro de Investigación Biomédica en Red en Salud Mental), del Instituto de Salud Carlos III, y catedrático de Biología Celular de la Universitat de València (UV). Cuenta, además, con la participación de los hospitales Clínico de València, y Sant Pau y Del Mar, de Barcelona, bajo la coordinación de las doctoras Mª José Escartí, María Portella y Alicia Valiente, respectivamente.
“El objetivo es estudiar cómo las experiencias adversas durante la infancia y la adolescencia influyen sobre una región del cerebro denominada tálamo y si son factores que predisponen a la aparición de la depresión, una enfermedad psiquiátrica muy prevalente en nuestra sociedad. El proyecto se abordará desde un enfoque multidisciplinar y traslacional, combinando análisis moleculares, estructurales y de conectividad neuronal, así como imágenes de resonancia magnética estructural, y se realizará en ambos sexos, dada la mayor prevalencia de la depresión en mujeres. Estudiaremos específicamente algunas regiones concretas del tálamo, por sus conexiones con otras áreas del cerebro que se sabe que están afectadas en la depresión. Consideraremos la presencia de experiencias adversas durante la infancia o la adolescencia utilizando muestras postmortem de tálamos de pacientes y analizando expresión de moléculas relacionadas con neurotransmisión inhibitoria y su plasticidad”, explica el Dr. Nácher.
“Finalmente, analizaremos datos de neuroimagen de resonancia magnética estructural de pacientes, con y sin experiencias adversas tempranas, estudiando con mucho detalle regiones específicas del tálamo para determinar cambios en su estructura y funcionamiento. Estos datos se correlacionarán con escalas clínicas de depresión y la presencia de experiencias adversas en la infancia y adolescencia”, añade el investigador.
En España se estima que un 5,4% de la población padece algún tipo de cuadro depresivo, lo que supone 2,1 millones de personas, de las que, atendiendo a la severidad de la sintomatología, 230.000 se podrían considerar graves, según datos de 2020.
“La Comunitat Valenciana es una de las autonomías donde los índices son más elevados. La prevalencia de la depresión en mujeres duplica a la de hombres (7,1% frente a 3,5%), y los casos con severidad grave en mujeres más que triplican los que se dan en hombres: por cada caso grave en hombres hay 3,5 que son mujeres. Esta es una enfermedad con un costo social y económico muy elevado, afecta tanto a la persona enferma como a su entorno y ocasiona un gran número de bajas laborales. La investigación actual busca estudiar los factores que propician o desencadenan la depresión, como las experiencias adversas durante la infancia y la adolescencia, y el desarrollo de nuevas terapias más efectivas y más rápidas para tratar la enfermedad”, concluye el Dr. Nácher.
El proyecto, que se ha puesto en marcha el 1 de noviembre y tiene una duración prevista de dos años, ha obtenido una de las Ayudas a Proyectos de Investigación en Neurociencias Infanto-Juvenil de la Fundación Alicia Koplowitz, de las que se hizo entrega en el marco de las XVI Jornadas Científicas de Salud mental infanto-juvenil y educación, celebradas en Madrid el pasado 16 de octubre, que supone la financiación total del proyecto (47.000 euros).
Para su desarrollo se cuenta con el apoyo de los servicios de microscopía Servicio Central de Soporte a la Investigación Experimental (SCSIE) y la asesoría del servicio de estadística de INCLIVA.