- La obesidad infantil se asocia con menor diversidad y riqueza bacteriana especialmente a partir de la pubertad
- Los resultados abren nuevas posibilidades a intervenciones dirigidas sobre la obesidad y sugieren un nuevo enfoque para el tratamiento de pacientes con resistencia a la insulina
De izquierda a derecha las Doctoras MC Collado y Cecilia Martinez Costa
València, 3 de junio de 2022. El grupo de investigación en Nutrición Pediátrica de INCLIVA, coordinado por la Dra. Cecilia Martínez Costa, en colaboración con el grupo de investigación liderado por la Dra. Mari Carmen Collado, del Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos (IATA-CSIC), de Paterna, están desarrollando un estudio sobre la composición de la microbiota intestinal de escolares y adolescentes con obesidad en función de la resistencia a la insulina y su estado madurativo puberal.
En la actualidad, existe evidencia científica que muestra que la obesidad induce disbiosis (alteración en la composición y/o funciones de los microorganismos que habitan en la piel y tapizando el interior de los intestinos) en la microbiota intestinal y estudios pre-clínicos en modelos animales sugieren que la microbiota intestinal podría jugar un papel crucial en la patogenia de la obesidad. Sin embargo, la relación de la resistencia a la insulina (mecanismo responsable de las complicaciones) y el efecto de la pubertad con la microbiota intestinal en escolares y adolescentes no está aún bien definida.
Para la realización del actual estudio, se han incluido a pacientes controlados por obesidad moderada-grave con complicaciones metabólicas y vasculares en el Servicio de Pediatría del Hospital Clínico de València. Desde hace años, en este servicio se les realiza un abordaje multidisciplinar que incluye la atención nutricional, gastroenterológica, cardiológica y endocrinológica.
Las investigaciones han observado que los niños con obesidad grave y complicaciones como hepatopatía y alteraciones vasculares, son los que han desarrollado resistencia a la insulina. Concretamente, los niños púberes con resistencia a la insulina han mostrado menos riqueza y diversidad bacteriana que los no insulinorresistentes, estando, además, reducida la presencia de diversos géneros bacterianos prevalentes en niños sanos.